A los 40, la piel habla: claves y tratamientos para desafiar el envejecimiento

A partir de la década de los 40, la piel manifiesta de manera más evidente los signos del envejecimiento, debido a la disminución en la producción de colágeno y elastina

  • A partir de los 40, la piel experimenta cambios (Foto. Canva)

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Al alcanzar la década de los 40, la piel comienza a manifestar de manera más evidente los signos intrínsecos del envejecimiento. La disminución progresiva en la producción de colágeno y elastina, las proteínas esenciales que sostienen la estructura cutánea, se traduce en una pérdida de volumen facial, la aparición de flacidez y un tono de piel que tiende a volverse más opaco. Sin embargo, no todo está perdido. Siguiendo una rutina de cuidado facial meticulosa y eficaz, y considerando tratamientos estéticos personalizados, es posible mitigar estos cambios, revelando un rostro luminoso y de aspecto saludable. La doctora Rita Sêco, médico estético y fundadora de Galerie Clinic, experta en el arte de preservar la juventud cutánea, guía a través de los cambios que experimenta la piel a partir de los 40 y las estrategias clave para contrarrestarlos.

"A partir de los 40 años, la piel empieza a perder colágeno y elastina de forma más acusada, lo que se traduce en flacidez, arrugas finas y pérdida de volumen", explica la doctora Sêco. "También se produce una disminución de la hidratación natural, lo que hace que la piel esté más seca y menos radiante. Además, factores como la exposición al sol acumulada a lo largo de los años, la predisposición genética y el estilo de vida individual influyen significativamente en la velocidad y la intensidad de estos cambios".

"A partir de los 40 años, la piel empieza a perder colágeno y elastina de forma más acusada, lo que se traduce en flacidez, arrugas finas y pérdida de volumen"

La reducción de estas proteínas de soporte no solo afecta la firmeza y la elasticidad, sino que también contribuye a la aparición de líneas de expresión más marcadas, especialmente alrededor de los ojos, la boca y en la frente. La piel puede sentirse menos tersa y perder ese brillo juvenil característico.

Ante la disminución de colágeno y elastina, la doctora Sêco destaca la importancia de la bioestimulación con ácido poli-L-láctico como uno de los tratamientos más eficaces para prevenir y combatir la flacidez. "Es uno de los tratamientos que más realizo en la clínica y que reconozco como el más eficaz para prevenir la flacidez, ya que estimula la producción natural de colágeno, mejorando la firmeza y el grosor de la piel de forma progresiva y natural". Es crucial comprender que los bioestimuladores no son un lifting quirúrgico. No eliminan el exceso de piel, pero sí fortalecen la estructura dérmica desde el interior, lo que se traduce en una piel más tensa y con menos flacidez a largo plazo.

MENOPAUSIA Y PIEL: UN CAPÍTULO CON NECESIDADES ESPECÍFICAS

La llegada de la menopausia introduce cambios hormonales significativos que impactan directamente en la piel, volviéndola aún más fina, seca y con menor elasticidad. En esta etapa, la doctora Sêco enfatiza la necesidad de adaptar la rutina de limpieza facial, optando por geles más hidratantes con componentes humectantes que no resequen la piel. La sensación de confort tras la limpieza es un indicador clave de la idoneidad del producto.

La hidratación se convierte en un pilar fundamental, con la incorporación de sérums y cremas ricas en activos hidratantes intensos, como el ácido hialurónico y las ceramidas, que ayudan a retener la humedad y fortalecer la barrera cutánea. La protección solar diaria, sin excepción, es catalogada como "fundamental e imprescindible" para prevenir la aparición de manchas y el fotoenvejecimiento acelerado. La doctora Sêco también sugiere considerar la suplementación con colágeno y antioxidantes como un apoyo adicional para mantener la salud y la vitalidad de la piel desde el interior.

LA RUTINA FACIAL ANTIEDAD A PARTIR DE LOS 40

La doctora Sêco subraya el papel crucial de dos ingredientes estrella en la rutina de cuidado facial a partir de los 40: el retinol y la vitamina C. "Tanto el retinol como la vitamina C son dos ingredientes muy eficaces para mantener la piel sana y prevenir el envejecimiento", afirma. La vitamina C actúa como un potente antioxidante, combatiendo los radicales libres responsables del daño celular y, al mismo tiempo, potenciando la luminosidad del rostro. El retinol, un derivado de la vitamina A, estimula la regeneración celular, reduce la apariencia de arrugas y líneas de expresión, y mejora significativamente la textura general de la piel.

"Si nunca se ha usado el retinol se debe introducir lentamente en la rutina"

Sin embargo, la introducción del retinol en la rutina debe ser gradual, especialmente si nunca se ha utilizado. "Si nunca se ha usado el retinol se debe introducir lentamente en la rutina. Lo primero es usarlo un día sí y otro no en dosis bajas", aconseja la médico estético. Esta aproximación permite que la piel se adapte al activo sin experimentar irritación o rojeces. Es fundamental combinar el retinol con una crema hidratante nutritiva y un protector solar de amplio espectro para proteger la piel sensibilizada y potenciar los resultados antiedad.

Alcanzar y mantener una piel luminosa y de aspecto sano después de los 40 años requiere un enfoque proactivo que combine una rutina de cuidado facial inteligente con tratamientos estéticos estratégicos, guiados por la experiencia de profesionales como la doctora Rita Sêco. Escuchar las necesidades cambiantes de la piel y adaptar los cuidados es la clave para desafiar el paso del tiempo y revelar una belleza madura y radiante.

*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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