Cada año, el último martes de febrero se celebra el Día Mundial de la Esterilización Animal, una fecha marcada en el calendario para concienciar sobre la importancia de este procedimiento para la salud y el bienestar de las mascotas. Aunque se trata de una cirugía rutinaria en el trabajo de los profesionales veterinarios, hay ciertos aspectos muy concretos a tener en cuenta para que sea una intervención exitosa. Uno de ellos es la edad del animal en el momento en el que se lleva a cabo la esterilización.
"Antes se recomendaba esterilizar incluso antes del primer celo, e incluso existían tendencias que sugerían esterilizaciones precoces, cuando las perras tenían cuatro meses", comenta Laia Bertran, veterinaria en AniCura Mima'ns Hospital Veterinari en una entrevista para AnimalCare. Sin embargo, las recomendaciones han cambiado con el tiempo: "La edad ideal actual para las hembras es entre el segundo y el tercer celo, lo que suele situarse aproximadamente a partir del año, pero nunca antes del primer celo. En los machos, se recomienda entre el primer y el segundo año, preferiblemente a partir del año y medio".
"En las hembras evitamos la incontinencia, la vaginitis, la vestibulitis y el sobrepeso"
Por su parte, los beneficios de esta intervención son significativos, tanto en las hembras como en los machos. "Evitamos problemas como la incontinencia, la vaginitis, la vestibulitis y el sobrepeso. También prevenimos patologías graves como la píometra, una infección de matriz que afecta a un tercio de las perras mayores de diez años", señala la veterinaria. Además, el procedimiento reduce el riesgo de tumores mamarios, que afectan al 50% de las perras, de las cuales la mitad presentan tumores malignos. "Es fundamental esterilizarlas en edad joven para evitar estos riesgos a futuro", enfatiza Bertran.
En cuanto a la esterilización en machos, también existen ventajas importantes. "Con la esterilización evitamos tumores testiculares y problemas prostáticos, que son muy frecuentes en perros mayores. Además, reducimos la agresividad intrasexual y los comportamientos de escapada y pelea, muy comunes en machos no esterilizados", explica la experta. Asimismo, en razas grandes, este procedimiento puede ayudar a prevenir problemas articulares.
Actualmente, existen dos técnicas principales para llevar a cabo la esterilización: la cirugía tradicional y la laparoscópica. "En hembras, la cirugía tradicional consiste en una incisión en la zona abdominal para extraer los ovarios (ovariectomía) o los ovarios y el útero (ovariohisterectomía). En machos, se realiza una orquidectomía, que consiste en la extracción de los testículos mediante un pequeño corte", detalla Bertran. Por otro lado, la cirugía laparoscópica, que se usa cada vez más, permite realizar el procedimiento mediante pequeñas incisiones, lo que acelera la recuperación y minimiza las molestias postoperatorias, como indica la veterinaria.
"Si detectamos alguna alteración, podemos detener la anestesia y en pocos minutos el paciente estará despierto"
Los avances en anestesia han mejorado enormemente la seguridad del procedimiento. "Hace veinte o veinticinco años operábamos con anestesia intravenosa exclusivamente, lo que implicaba ciertos riesgos si surgía algún problema en medio de la operación", explica la veterinaria. Hoy en día, se utilizan anestesias inhalatorias y equipos avanzados como respiradores automáticos y monitores multiparamétricos, que permiten un control constante de la oxigenación, la presión arterial y otros signos vitales. "Si detectamos alguna alteración, podemos detener la anestesia y en pocos minutos el paciente estará despierto", afirma Bertran.
¿CÓMO GARANTIZAR UNA BUENA RECUPERACIÓN?
Tras la esterilización, es importante seguir ciertos cuidados para garantizar una buena recuperación. "Los primeros días, se recomienda que las mascotas realicen paseos cortos, eviten saltos y no se laman la incisión para prevenir infecciones o inflamaciones", aconseja la veterinaria. Además, tras la operación, se debe esperar unas horas antes de darles agua y comida para evitar vómitos debido a los efectos de la anestesia.
A largo plazo, la regulación del peso es un aspecto clave. "Las mascotas esterilizadas tienen mayor tendencia al sobrepeso porque al retirar los ovarios y testículos también eliminamos las hormonas sexuales, que influyen en la regulación del peso corporal", advierte Bertran. Por ello, recomienda cambiar a una alimentación hipocalórica tras la recuperación. "Si el pienso light no es suficiente, existen dietas más restrictivas. Mantener un peso adecuado es fundamental para evitar problemas como diabetes, enfermedades articulares y trastornos respiratorios", agrega.
En definitiva, la esterilización es una decisión responsable que mejora la calidad de vida de las mascotas. No solo evitamos los riesgos de salud que puede tener no esterilizar al animal, "sino que también protegemos su bienestar a largo plazo", concluye Bertran.
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