Los rellenos faciales han revolucionado el mundo de la medicina estética, ofreciendo soluciones rápidas y efectivas para rejuvenecer o armonizar el rostro. Sin embargo, no todos los productos utilizados en el pasado han sido seguros. Uno de los casos más controvertidos es el de los biopolímeros, un tipo de relleno permanente que, aunque hoy en día está prohibido, fue ampliamente usado durante años, especialmente en zonas como los labios. Las consecuencias de su uso aún se hacen visibles en muchas consultas médicas.
La doctora Leire Hernández, médico estético y divulgadora en redes sociales bajo el nombre de @dra.leirehdez, ha compartido una publicación en Instagram explicando con claridad qué son los biopolímeros y cómo deben manejarse hoy en día. “Son rellenos permanentes actualmente no permitidos, pero que en el pasado se usaban mucho en toda la estructura facial”, explica la doctora, recordando que aunque estaban destinados a ofrecer volumen duradero, su permanencia en los tejidos ha demostrado ser problemática.
“Son rellenos permanentes actualmente no permitidos, pero que en el pasado se usaban mucho en toda la estructura facial”
Uno de los grandes desafíos médicos actuales es tratar a pacientes que en su día recibieron estas sustancias y que ahora presentan complicaciones como asimetrías, fibrosis, nódulos, inflamación o migración del material. Leire Hernández aclara que el tratamiento debe ser siempre muy cuidadoso, y comienza con una evaluación previa exhaustiva para identificar cuándo se colocaron, qué tipo de material fue inyectado y cuáles son las consecuencias actuales.
Uno de los errores más comunes que cometen algunos pacientes, y también profesionales con poca experiencia, es intentar aplicar ácido hialurónico sobre zonas comprometidas por biopolímeros. Esta práctica conlleva serios riesgos: “puede exacerbar procesos inflamatorios crónicos, aumentar el riesgo de reacciones granulomatosas o infecciones locales, y dar resultados estéticos impredecibles”, advierte la especialista.
Entonces, ¿cómo se puede mejorar la apariencia de unos labios afectados por biopolímeros? Según la doctora Hernández, la infiltración debe ser muy conservadora, evitando siempre el contacto directo con el biopolímero. “En algunos casos se puede realizar una infiltración perilabial, pero con objetivos muy específicos y realistas”, explica. Para guiar estos tratamientos, la ecografía facial se convierte en una herramienta clave, ya que permite conocer la ubicación exacta del relleno.
En casos más graves o cuando existe sintomatología como dolor, inflamación o deformidad, la única solución definitiva es el retiro quirúrgico del material. No obstante, incluso esta opción no siempre garantiza la eliminación completa del biopolímero. “En muchas ocasiones, ni con tratamiento quirúrgico pueden ser eliminados del todo”, lamenta la doctora.
También hay alternativas en casos más leves, como el uso de hialuronidasa para disolver ácido hialurónico mal colocado si está presente. Pero hay que dejar claro que los biopolímeros no se reabsorben ni se eliminan con este tipo de enzimas, lo que los convierte en un reto a largo plazo.
“En consulta, los médicos estéticos con experiencia podemos mejorar el aspecto del labio con biopolímeros, el aspecto de ciertas irregularidades, para que se vea como más simétrico y con mejor forma”
“En consulta, los médicos estéticos con experiencia podemos mejorar el aspecto del labio con biopolímeros, el aspecto de ciertas irregularidades, para que se vea como más simétrico y con mejor forma”, concluye Leire Hernández. Sin embargo, insiste en que esto debe ser realizado por profesionales con formación específica, ya que una manipulación inadecuada puede desencadenar inflamación, encapsulamiento o peores consecuencias.
Los biopolímeros representan una advertencia sobre la importancia de elegir bien los tratamientos estéticos y confiar siempre en especialistas cualificados. Aunque se utilizaban con fines estéticos, hoy suponen un reto clínico complejo que exige prudencia, tecnología y experiencia médica.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.