La odontología tiene una particularidad entre las profesiones sanitarias al comprender una vertiente empresarial que deben asumir muchos dentistas que gestionan sus propias clínicas. Esto les hace enfrentarse a un complejo panorama fiscal, que en las clínicas dentales contempla la exención del IVA, un factor crucial que influye tanto en la competitividad de los precios como en la gestión financiera interna.
“El IVA es un impuesto que grava el consumo, y son los consumidores finales quienes terminan pagándolo. Las empresas actúan como recaudadoras, repercutiendo el impuesto al cliente final”, apunta Sergio Vargas Fuentes, asesor fiscal y gerente de Denttax Asesoría Dental en una entrevista concedida a Dentalia. Sin embargo, la ley establece excepciones para servicios esenciales. En concreto, el artículo 20 de la Ley del IVA establece que estomatólogos, odontólogos y protésicos dentales están exentos de este tributo. “El criterio para aplicar estas reducciones o exenciones radica en que sean considerados productos o servicios de primera necesidad, con un fuerte componente social detrás”. Esta filosofía busca garantizar que los servicios sanitarios esenciales sean accesibles para toda la población, evitando que el IVA encarezca tratamientos importantes para la salud bucodental.
“Estarán exentas de este impuesto las siguientes operaciones (...) Las prestaciones de servicios realizadas en el ámbito de sus respectivas profesiones por estomatólogos, odontólogos, mecánicos dentistas y protésicos dentales, así como la entrega, reparación y colocación de prótesis dentales y ortopedias maxilares realizadas por los mismos, cualquiera que sea la persona a cuyo cargo se realicen dichas operaciones”
El experto indica que “el hecho de prestar un servicio que esté considerado como exento de IVA es positivo desde el punto de vista de que puedes ofrecer precios más competitivos”, pero apunta que también implica que no pueden deducirse el IVA soportado en la compra de equipos y materiales. Esto puede traducirse en un reto financiero significativo, especialmente para clínicas en crecimiento o en proceso de modernización. “Realizar una actividad exenta implica no poder deducirse las cuotas de IVA soportadas, lo que convierte ese IVA en un coste adicional que asume la clínica, actuando como consumidor final y no como recaudador de impuesto”, explica Vargas.
Por ejemplo, si una clínica adquiere un equipo valorado en 10.000 euros, debe abonar 12.100 euros tras aplicar el 21% de IVA, sin posibilidad de recuperarlo, a diferencia de otras actividades no exentas, como un bufete de abogados que podría deducirse esa cantidad pudiendo así “recuperar” esos 2.100€ vía deducción de cuota de IVA. Esta diferencia, señala el experto, implica que las clínicas dentales deben ser especialmente cuidadosas al planificar sus inversiones en tecnología y equipamiento, dado que cada adquisición conlleva un coste adicional significativo.
“Es importante saber cómo funciona el sector y cuales son las implicaciones tanto positivas como negativas de prestar un servicio que está exento de IVA”
Ante este desafío, es esencial que las clínicas desarrollen estrategias financieras inteligentes para mantener su rentabilidad sin comprometer la calidad del servicio y conozcan “cómo funciona el sector y cuales son las implicaciones tanto positivas como negativas de prestar un servicio que está exento de IVA”, expone Vargas.
El especialista comenta que “es cierto que las cuotas de IVA soportadas en la adquisición de equipos y maquinaria va a suponer un mayor coste para la clínica dental, pero es igualmente cierto que las clínicas dentales no tienen que realizar liquidaciones de IVA a la administración, lo que supone que el 100% del precio que paga el paciente por los tratamientos realizados forma parte de los ingresos de la clínica”.
Ante esta situación Vargas resalta que es importante desarrollar una buena estrategia de precios en la cual se impute al precio de los tratamientos, el coste adicional que supone el IVA en la adquisición de maquinaria de forma proporcional. De esta manera, la clínica puede absorber gradualmente el sobrecoste sin generar un impacto brusco en su estructura financiera.
“Es importante desarrollar una buena estrategia de precios que impute al precio de los tratamientos, el coste adicional y proporcional del IVA de la adquisición de los equipos”
Otra estrategia “muy interesante”, según Vargas, es la posibilidad de realizar compras y adquirir maquinaria y equipos de segunda mano a otras clínicas dentales o empresas que no se hayan podido deducir tampoco el IVA en la adquisición. “Estas adquisiciones de segunda mano podrían ir exentas de IVA, lo que supondría el ahorro del 21% sobre el precio pactado de venta”.
En esta línea el experto apunta a dos figuras cada vez más utilizadas a la hora de adquirir maquinaria y equipos que ayudan a mitigar el impacto financiero en las clínicas: Renting y Leasing. “El renting es un contrato de arrendamiento por el cual haces uso de una determinada maquinaria o equipo a cambio del pago de una mensualidad que lleva repercutido el IVA correspondiente, pero al ser mensual el impacto financiero es menor. En el renting, los costes de mantenimiento y seguros suelen estar cubiertos por el arrendador y al finalizar el contrato puedes devolver el equipo o bien renovarlo por uno más moderno”, explica Vargas. Por otro lado, la opción del leasing tiene como “diferencia principal que forma parte del inmovilizado de tu empresa porque es un contrato con opción a compra, pero que lleva repercutido el IVA al igual que la opción anterior”, comenta.
Entender las implicaciones fiscales de la exención del IVA es clave para una gestión financiera sólida en las clínicas dentales así como implementar estrategias eficaces para mitigar su impacto y mantener la rentabilidad del negocio sin comprometer la calidad del servicio. “La clave es tener un amplio y claro conocimiento de las 'reglas del juego' para tomar decisiones informadas y optimizar los recursos disponibles”, concluye Vargas.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.